martes, 13 de diciembre de 2011

No son sueños,
no son esperanzas...
Son cosas que simplemente tienen que pasar,
sin pedir ni rogar.
Crear un lienzo irrompible
ante las garras de mal y del llorar.
Corromper penas ajenas
desde un interior desgarrado con penas y prejuicios.
Vidas tristes de vivir, sin fuerzas de seguir...
Esa voz que no está en tu cabeza...
que te incita a seguir, a perseguir los sueños,
aunque estos escapen a dos pies desde tus manos.
Que te diga, dale, sigue y vence al maldito destino,
a esta maldita vida, que lo único que quiere es joderte la existencia.
Que sin juzgarte te alce sus dedos sin miedo a caer contigo
al máximo vacío de la oscuridad que sin miedo te corromperá.
Cuando nuestros ojos se vean cegados por montañas colosales de miedos,
cuando nuestras manos sientan miedo de sentir el mañana....
Cuando nuestros pies no quieran dar un simple paso al futuro,
Cuando te das cuentas que alguien quiere ser tus ojos, tus manos y tu guía,
no confíes en ella, pues aquella persona no existe...
No existe persona tan llena de coraje y valentía como para dejar de lado
sus propios sueños, sus propios miedos por conseguir que alguien más los cumpla.
Sé mi guía, sé mis manos y ojos... Sé la persona que aunque ni siquiera me conoce
es capaz de  tomar mis manos y llevarme  dónde los sueños se hacen realidad...
Donde la vida es eterna y hace desaparecer tus problemas en al menos 4 minutos.
La canción de mi vida eres tú... No diré quién, porque ni yo la conozco.
Pero sé que en algún lugar del mundo está esperando componer una canción que vuelva a aliviar
mi corazón de las frías manos del destino.

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